Recursos para padres Información de facturaciónBiblioteca de saludRecursos para padres recientesCómo elegir un pediatraEntrevista a un pediatraQué empacar en el bolso para llevar al hospitalCronograma de consulta de Medicina preventiva para bebés recién nacidosFormularios para pacientes nuevos Pesadillas y terror nocturno Muchos padres están familiarizados con consolar a su hijo después de un sueño aterrador. Estos problemas nocturnos pueden ser molestos tanto para el niño como para los padres, y se dividen en dos categorías principales: pesadillas y terror nocturno. Pesadillas Las pesadillas son sueños aterradores que pueden despertar a los niños y molestarlos o asustarlos. Suelen ocurrir en la segunda mitad de la noche y a menudo son causadas por el estrés o si el niño está demasiado cansado, así que para evitar que las pesadillas interrumpan el sueño de su hijo, trate de apagar las luces siempre en el mismo horario. Si su hijo se despierta por una pesadilla, lo más importante es ofrecerle consuelo, por eso siéntese con él y asegúrele que está a salvo. También puede considerar pedirle que le cuente de qué se trataba la pesadilla, ya que a veces, decirlo en voz alta, será más evidente que solo era un sueño y que no real. También puede cambiar el entorno físico para que su hijo esté más tranquilo y pueda volver a dormirse, por ejemplo, ofrézcale dejar la luz encendida, cierre alguna puerta del armario u ofrézcale su peluche o manta favorita. Terror nocturno Aunque el término "terror nocturno" suena similar a las pesadillas, ambas alteraciones del sueño son muy diferentes. El terror nocturno, a veces llamado terror del sueño, suele producirse al principio del ciclo de sueño, durante la transición de la parte más profunda del sueño a la fase REM más ligera, y pueden ser mucho más intensos y duraderos que las pesadillas. Durante un terror nocturno, es posible que su hijo no pueda despertarse del todo y que llore desconsoladamente o grite y, como no está completamente despierto, quizás no reconozca cuando intente consolarlo. Como padre, ver a su hijo alterado por un terror nocturno puede ser muy angustiante. Aquí hay algunas cosas útiles para tener en cuenta. Lo más importante es que intente mantener la calma y la compostura y comprenda que su hijo no recordará el terror nocturno. Aunque su primer instinto sea intentar despertar a su hijo, intente no hacerlo. Despertar a un niño que está teniendo un terror nocturno puede causar más alarma y confusión, y puede hacer más difícil que vuelva a dormir una vez que el terror nocturno haya terminado. Asegúrese de que no haya objetos cerca que puedan causarle daño, y sujete suavemente a su hijo si intenta salir de la cama. Sepa que los terrores nocturnos son temporales y que normalmente desaparecen cuando el niño crece. Cuándo pedir ayuda a su pediatra Si nota que, después de probar algunos de los consejos anteriores, el sueño de su hijo sigue siendo interrumpido por las pesadillas o los terrores nocturnos, si esto está impactando en el bienestar emocional de su hijo o en su concentración durante el día, o si parecen estar empeorando, podría ser un buen momento para hablar con el pediatra de su hijo. Ellos pueden identificar si hay una razón diferente para las interrupciones nocturnas y recomendar maneras de ayudar. Considere la posibilidad de llevar un registro de los hábitos de sueño de su hijo y de las alteraciones para ayudar a su pediatra a tener una mejor idea de la rutina de sueño de su hijo. Informe también a su pediatra si nota cualquier otra cosa que afecte a la calidad del sueño de su hijo. ¿Parece estar inquieto y se da la vuelta constantemente? ¿Es sonámbulo o habla mientras duerme? ¿Ha notado ronquidos o apnea del sueño?. Estos pueden ser un signo de que hay otras enfermedades que pueden estar afectando el sueño de un niño, por lo que debe informar a su pediatra si nota cambios como estos. Recursos de la Academia Estadounidense de Pediatría Tema: las pesadillas y el terror nocturno El sueño: una canción de cuna para la salud